tag:blogger.com,1999:blog-60408495957244458572023-11-16T03:27:50.453-08:00Árboles de la Fuente del BerroUn homenaje al Parque de la Fuente del Berro, a sus jardines, a su palacete (entonces mágico y hoy funcional) y a las casitas de su entorno. Pocos sitios de Madrid me resultan tan evocadores aun habiéndolo visitado tanto. Ahora, con Mateo, colecciono las hojas de sus árboles.dfshttp://www.blogger.com/profile/03254275859695304588noreply@blogger.comBlogger2125tag:blogger.com,1999:blog-6040849595724445857.post-48695916120488508212012-05-20T13:43:00.000-07:002012-05-20T13:52:38.378-07:00Secuoya gigante (sequoiadendron giganteum).<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Hoy disfrutamos de un Madrid
tormentoso.<br />
<br />
No por casualidad, sino precisamente porque había tormenta, hemos
prescindido del triste autobús y, entre chaparrón y chaparrón (con parada
frente a la casa del escultor Santiago de Santiago para guarecernos de la lluvia),
Mateo y yo hemos atravesado el Parque de la Fuente del Berro, itinerario
natural para ir de la casa de los abuelos a la nuestra. El estilo inglés que
siempre ha tenido nuestro parque se nos ha manifestado en toda su belleza. La
escasez de viandantes, el olor a mojado, la ligereza del aire que dejan siempre
las tormentas (parece ser que por los iones negativos que generan las descargas
eléctricas) y la tamizada luminosidad de la tarde, ha hecho que el parque nos
revele esa aura mágica que desde niños supimos ver en él. Es un día especial este
19 de mayo de 2012 y, por tanto, especial tiene que ser también el árbol que lo
recuerde.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-yfr9_zb7G5foldpDW5aoEr1ibg5vtTwKlWK8-h0cAun91h_z5I8Ee0D9pQSnTpbdeCpvuEBCujY9HpXgRxFfE1tAjUBstUUHH_M0Xfp-D928TJj-jsKpW10Y1VaB1aVAp1VwpLgS-2s/s1600/secuoya+comprimido.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-yfr9_zb7G5foldpDW5aoEr1ibg5vtTwKlWK8-h0cAun91h_z5I8Ee0D9pQSnTpbdeCpvuEBCujY9HpXgRxFfE1tAjUBstUUHH_M0Xfp-D928TJj-jsKpW10Y1VaB1aVAp1VwpLgS-2s/s400/secuoya+comprimido.jpg" width="300" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Una de las dos secuoyas gigantes del parque en foto <br />tomada el 29 de marzo de 2012, a las 8:30 de mañana.</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Sé que en el parque hay más de un
árbol reseñable desde el punto de vista botánico, y de ellos hablaré en otro
momento, pero desde pequeño siempre me pareció extraordinaria la presencia de
una secuoya en “el parque del barrio” debido a sus legendarios atributos.
Primero, para un niño de aquella época conocer que es un árbol originario de la
lejana Norteamérica ya constituía objeto de fascinación. Después, cuando tu
padre te dice que es el más grande del mundo, que en uno de ellos se hizo un
túnel para que pudieran pasar los coches y que los más longevos tienen más de
tres mil años, la secuoya por fuerza pasa a formar parte de tu particular
mitología infantil.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
En el parque hay en realidad dos
secuoyas, aunque esto es algo que descubrí recientemente. La que desde un
principio conocía es la que está junto a una de las cuestas que desciende desde
la plataforma superior del parque donde se encuentra el palacete. Es la que
ilustra este artículo. La otra está más arriba, en el parterre que está frente
al ala derecha de aquél.</div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEib4vJvERELU-hQiQWhk-KZR0jiZ6DeRQzaBygn7Rl1XOJ6DLvTaATd5N_eiYhpabzsMcjaFVJPBaCynFteSNE0e1WonpA6atJJtEQAr-X1XcARRPJRsX08XOFdsbKKIV-b2IB-vRyxfg8/s1600/hoja+secuoya+comprimido.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEib4vJvERELU-hQiQWhk-KZR0jiZ6DeRQzaBygn7Rl1XOJ6DLvTaATd5N_eiYhpabzsMcjaFVJPBaCynFteSNE0e1WonpA6atJJtEQAr-X1XcARRPJRsX08XOFdsbKKIV-b2IB-vRyxfg8/s320/hoja+secuoya+comprimido.jpg" width="240" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Una ramita de la secuoya.</td></tr>
</tbody></table>
Antes que nada creo que es
pertinente hacer una puntualización. Hay tres árboles a los que suele dársele vulgarmente
el nombre de secuoya si bien, aunque comparten familia, no son del mismo
género: la secuoya roja, de costa o californiana (<i>sequoia sempervirens</i>), la secuoya gigante (<i>sequoiadendron giganteum</i>) y la metasecuoya (<i>metasequoia glyptostroboides</i>). Son especies diferentes y fácilmente
diferenciables si atendemos simplemente a sus hojas: las de la primera en forma
de peine, similares a las del tejo común (<i>taxus
baccata</i>) pero con dos bandas blancas longitudinales en su envés; las de la
segunda formadas por escamas dispuestas a modo de cordones y con los ápices
pinchudos; las de la tercera están dispuestas como en la primera pero son mucho
más largas y lacias, de un verde más intenso en el haz y grisáceo en el envés y
caducas, de ahí que se llame también a este árbol, que a diferencia de los
otros dos es originario de China y su porte es bastante más pequeño, secuoya de
hojas caedizas.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
El nombre de secuoya se otorgó en
homenaje al jefe cheroqui Sequoyah, aunque seguramente éste jamás tuvo la
oportunidad de ver una de ellas, pues estos indios habitaban el centro-este de
Norteamérica y no el Oeste, de donde son hoy endémicas. En cualquier caso, como
es lógico, era un árbol mágico y sagrado para los indios de la zona, que le
llamaban <i>Wawona</i>, <i>Toos-pung-ish</i> y <i>Hea-mi-withic</i>.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
El hábitat natural de las
secuoyas americanas se reduce a una estrecha franja de tierra frente a la costa
oeste americana. La secuoya gigante habita en las laderas occidentales de la
Sierra Nevada californiana, mientras que la secuoya roja lo hace en la zona
costera del norte de California y sur de Oregón. Las metasecuoyas, árbol que se
creyó extinto hasta 1941, tienen su hogar en las faldas de las remotas montañas
de la región de Hubei, en el Sudoeste de China. Pero esto es ahora, pues estos
bosquetes aislados son sólo reminiscencias de las enormes selvas de secuoyas que
poblaban la tierra entera cuando la especie humana aún no había hecho su
aparición. En la propia Península Ibérica su presencia era abundante hasta hace
3 millones de años.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
De los tres árboles que reciben
el nombre de secuoya, el que tenemos en nuestro parque por duplicado es el
segundo de los citados, la secuoya gigante, que también ha recibido el nombre
de árbol del mamut y, en un ejercicio de colonialismo cultural propio de los
británicos, wellingtonia (inmediatamente contestado por los botánicos
norteamericanos rebautizándolo como washingtonia), un término sin fundamento
científico y hoy en desuso y ridiculizado involuntariamente por los granadinos
que bautizaron como Mariantonias a las secuoyas plantadas en la Sierra de la
Sagra. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
La secuoya gigante,
contrariamente a su nombre, no es la más alta de las secuoyas. Este honor
corresponde a la otra especie norteamericana, la secuoya roja, que ha colocado
como número uno del ránking a un ejemplar llamado <i>Hyperion</i> de 115,61 metros de altura, localizado en el Parque
Nacional Redwood de California. La mayor de las secuoyas gigantes es la famosa <i>General Sherman</i>, que “apenas” supera los
83 metros de altura, aunque con un diámetro de 11 metros en la base en un
perímetro de tronco de 31 metros, la convierten en el ser vivo con mayor
biomasa de la tierra en términos de volumen (1.486,6 m<sup>3</sup>) y peso
(1.256 toneladas). Se encuentra en Giant Forest, dentro del californiano Parque
Nacional Secuoya. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Pero tampoco corresponde a las
secuoyas rojas el record de altura conocida para un árbol. Aunque en general de
menor porte, fue un abeto de Douglas, (<i>pseudotsuga
menziesii</i>) el que con 120 metros, alcanzó el techo conocido entre los
árboles gigantes. <i>Mineral Tree</i>, así
se llamaba el árbol, se taló en 1930 en el estado de Washington. En cualquier
caso, consideramos que la altura que puedan alcanzar estos árboles milenarios, sean
secuoyas, abetos o eucaliptos, depende del tiempo que se les deje crecer. El
General Sherman, ha alcanzado ese volumen en 3.500 años.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Las secuoyas gigantes del Parque
de la Fuente del Berro no llegan, ni de lejos, a esa altura. No voy a dar
estimaciones de altura y diámetro de tronco, porque sin duda me equivocaría (si
algún día obtengo los datos los incluiré en el post). No obstante, con alguna
perspectiva, puede obtenerse una fotografía en la que supera los 232 metros que
mide el pirulí.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Lo desconocemos todo de la
historia de estos árboles, de quién y cuándo los plantó. Quizás un experto por
su altura y la anchura de su tronco, podría dar una edad aproximada. Sería
bonito que estuvieran relacionados con las semillas que llegaron a España alrededor
de 1826, recolectadas en la expedición de Malaspina, pero nada sabemos (seguro
que otros sí).</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Las secuoyas están protegidas en EE.UU.
Curiosamente, su madera no es apropiada para la construcción y se astilla con
gran facilidad. En su momento, se llegó a utilizar para cerillas y otras
funciones más que marginales, lo que fue fundamento para prohibir su tala. La
corteza es de color rojizo, y tan blanda y esponjosa que cede fácilmente a la
presión, más incluso que el corcho del alcornoque. Su función es proteger al
árbol de los incendios, que necesita para reproducirse. Muy características son
también sus ramas, pues se inclinan hacia abajo, llegando a descansar sobre el
suelo, para luego curvarse hacia arriba, dándole una forma piramidal. Los
árboles ya más maduros, como van siendo los nuestros, forman unas copas cuasi
cilíndricas a modo de columnas fragmentadas y discontinuas, dando la impresión
de que las ramas van rodeando al tronco. La identificación es por ello sencilla
a simple vista. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Parece ser que la secuoya gigante
más grande de España, con un perímetro en la base de 18 metros, está en La
Granja de San Ildefonso. En la capital hay también una de gran porte en el
Parque del Oeste.</div>
</div>dfshttp://www.blogger.com/profile/03254275859695304588noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-6040849595724445857.post-66242538967470765822012-03-29T03:40:00.000-07:002012-03-31T01:04:55.568-07:00Madroño (arbutus unedo).<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjYI2Kmb5eXHIGJ6ym9gqexYrBHzdqS313CYYddW94-IvvdPnhnqn0xG9GQ_p6kLRgUhyphenhyphen3dUUJFjA3HxxJiA1GZzeW7SRoMhV8MlAzbi0KAMd7iJFhtW4pJfJkTGhsq49hkUbASHc-lxYM/s1600/madro%C3%B1o+comprimido.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjYI2Kmb5eXHIGJ6ym9gqexYrBHzdqS313CYYddW94-IvvdPnhnqn0xG9GQ_p6kLRgUhyphenhyphen3dUUJFjA3HxxJiA1GZzeW7SRoMhV8MlAzbi0KAMd7iJFhtW4pJfJkTGhsq49hkUbASHc-lxYM/s400/madro%C3%B1o+comprimido.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">En primer plano, el madroño del monumento a Bécquer, en una foto tomada el 29 de marzo de 2012 a las 9:17 de la mañana.</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
Si bien menos
rotundo que el que en el sevillano Parque de Maria Luisa realizó por iniciativa
de los hermanos Álvarez Quintero el escultor Lorenzo Coullaut Valera, en el
Parque de la Fuente del Berro hay también un monumento homenaje a Gustavo
Adolfo Bécquer, obra éste de Santiago de Santiago, quien, por cierto, tiene
casa en la calle Eduardo Aunós, a pocos metros de distancia del parque.<br />
<br />
La escultura
sevillana está estructurada en torno a un magnífico ciprés de los pantanos o
ciprés calvo (<i>Taxodium distichum</i>),
especie originaria del Mississippi. Junto a la más modesta de nuestro parque
hay, parece ser (y luego diré por qué), un madroño, árbol de porte más modesto
pero, sin duda, más castizo.<br />
<br />
Del madroño
sabemos que forma parte del escudo de Madrid, aunque también se sabe que
siempre ha sido escaso en la naturaleza madrileña. Esto ha llevado a algunos
historiadores a poner en duda que el árbol en el que se apoya el oso (osa) sea
un madroño, también porque su forma típica es la arbustiva mientras que el de
nuestro blasón es un árbol en toda regla. Pero dejémoslo estar. (Tal vez el
único que ha sabido interpretar el escudo de Madrid haya sido Antonio Mingote,
quien, obviando esta controversia, dijo que el oso está “abrazado a un árbol para
impedir que venga un concejal y lo corte”, afirmación ésta de la que se sabe
mucho en este entrañable barrio, que no existiría ya de no ser por la oposición
vecinal a los planes especulativos de dos de las personas más <i>non gratas</i> de esta ciudad, los alcaldes
Arespacochaga y Arias Navarro, el <i>Carnicero
de Málaga</i>, quienes quisieron convertir las colonias de casas bajas en
torres de apartamentos. Así, sin más).<br />
<br />
Hay varios
madroños en la capital, tanto en su forma arbustiva como arbórea. Son
fácilmente identificables, sobre todo en otoño y principios de invierno gracias
a sus inconfundibles frutos. El de mejor porte que ahora recuerdo está frente
al Hotel Ritz, en la Plaza de la Lealtad. Bajo su copa pueden guarecerse unos
cuantos viandantes, y para sujetar sus espléndidas ramas ha sido necesario dotarle
de algunas muletas.<br />
<i><span lang="ES-TRAD"><br /></span></i><br />
<i><span lang="ES-TRAD">Arbutus unedo</span></i><span lang="ES-TRAD">, es el
nombre que Linneo dio al madroño común, o simplemente madroño. Su nombre hace
referencia a su porte de arbolillo y a que de sus frutos sólo debe comerse uno,
bien, dicen algunos, porque su sabor es decepcionante, bien, dicen otros,
porque suele fermentar y producir por ello efectos no buscados en quien atraído
por su atractivo aspecto lo come. Con él se hacen mermeladas y licores, aunque
cierto es que no gozan de gran fama y distribución, supongo yo, que nunca los
he probado (aunque me propongo hacerlo en cuanto pueda), porque no deben estar
muy buenos. Su madera, de densidad muy alta, puede aprovecharse para
ebanistería (los griegos clásicos hacían flautas con ella) y para otros usos menos nobles, como leña y carbón; sus hojas y
corteza son curtientes y astringentes. Sus semillas eran utilizadas para atraer a los pájaros en invierno.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
Un árbol de las características del madroño no podía dejar de tener un componente mágico, que encontramos tanto en la mitología romana como en la griega. En la primera, la ninfa Cardea, hermana de Apolo, ahuyentaba a las brujas con una varita hecha con una ramita de madroño. En la segunda, se le ha identificado con el árbol que nació de la sangre vertida por el gigante Gerión cuando fue muerto por Heracles, pues daba frutos sin hueso y florecía y fructificaba al mismo tiempo, en la época en que las Pléyades aparecen en el firmamento, precisamente en invierno.<br />
<br />
El madroño
común presenta una distribución peculiar, pues, en general, aparece a lo largo
de toda la costa mediterránea, en la vertiente atlántica de España, Francia y
Portugal, y de ahí salta a la costa meridional irlandesa. En Madrid, como
decía, es escaso en la naturaleza, habiendo algunos madroñales en el sudoeste de
la región.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiv_ZOGbRm17W6NiC_Ag3bmgYMEQQxaZbiCfoVFl6lij0TbZf6iPp8NwWQlHEDmt7flpjqnYyRrQgi3J9RgK1fZRzDOiybUedtznHxbNCGnLmJPvynpqK0ydv1l0cgf1CWTg740ekxCDA4/s1600/madro%C3%B1o+hojas+comprimido.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiv_ZOGbRm17W6NiC_Ag3bmgYMEQQxaZbiCfoVFl6lij0TbZf6iPp8NwWQlHEDmt7flpjqnYyRrQgi3J9RgK1fZRzDOiybUedtznHxbNCGnLmJPvynpqK0ydv1l0cgf1CWTg740ekxCDA4/s320/madro%C3%B1o+hojas+comprimido.jpg" width="240" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Las hojitas de este peculiar madroño.</td></tr>
</tbody></table>
<span lang="ES-TRAD"></span><span lang="ES-TRAD">Dije antes que
el árbol junto al monumento a Bécquer parece ser un madroño porque, aunque son
árboles que conozco de sobra, me costó mucho identificarlo. El madroño del
Parque de la Fuente del Berro no es como los demás que he visto. Sus hojas son
más pequeñas, de un verde más claro y menos aserradas. Sus frutos son más
oscuros y opacos, más escasos y menos inconsistentes; no vemos junto a Bécquer
el estallido de colores verdes, amarillos, naranjas y rojos que los caracterizan,
las más de las veces al mismo tiempo, pues suelen convivir en el mismo árbol
frutos en distinto estado de maduración. El tronco es más grisáceo que rojo
pardusco como corresponde a los madroños. Las flores sí que son más
identificables (y por ellas lo localicé), pero la mayoría, por alguna razón, se
caen y no acaban de cumplir su cometido de convertirse en madroños, pues así se
llaman también los frutos de este árbol. Pero si en el cartel que indica a la
entrada del parque la ubicación de algunos árboles singulares del parque dice
que este árbol es un madroño, así debe de ser. (No niego que he tratado de
identificar este madroño con alguna de las otras 13 especies del género <i style="mso-bidi-font-style: normal;">arbutus,</i> por si hubiera habido algún mal
entendido en su clasificación, pero reconozco que no he tenido éxito en mi
empeño. ¿Puede tratarse de un ejemplar híbrido? Carezco de los conocimientos
necesarios para pronunciarme, así que aquí dejo esta cuestión por si alguien
más preparado quiere retomarla).</span></div>
<br />
<span lang="ES-TRAD">Lejos y entre los árboles</span><br />
<span lang="ES-TRAD">de la intrincada selva</span><br />
<span lang="ES-TRAD">¿no ves algo que brilla</span><br />
<span lang="ES-TRAD">y llora? Es una estrella.</span><br />
<br />
<div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES-TRAD">Ya se la ve más próxima,</span></div>
c<span lang="ES-TRAD">omo a través de un tul,</span><br />
<span lang="ES-TRAD">de una ermita en el pórtico</span><br />
<span lang="ES-TRAD">brillar. Es una luz.</span><br />
<br />
<div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES-TRAD">De la carrera rápida</span></div>
<span lang="ES-TRAD">el término está aquí.</span><br />
<span lang="ES-TRAD">Desilusión. No es lámpara ni estrella</span><br />
<span lang="ES-TRAD">la luz que hemos seguido: es un
candil.</span><br />
<span lang="ES-TRAD"> Gustavo
Adolfo Bécquer.</span></div>dfshttp://www.blogger.com/profile/03254275859695304588noreply@blogger.com0